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ABUELAS QUE ILUMINAN


Redactado por: adriana bravo
agosto 17, 2016 , a las 1:04 am

San Francisco Ixhuatán, Oax.- Cachimbo es una región situada en el municipio de San Francisco Ixhuatán, el cual tiene 149 habitantes y no posee acceso a servicios básicos como; luz y agua, entre otros.

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Los habitantes de Cachimbo, al carecer de un servicio básico como la luz eléctrica, se suman a los más de 1 mil 300 millones de personas sin energía eléctrica en el mundo.

Sin embargo, en un compromiso compartido de empresas como En el Green Power México, el Gobierno de la India, la organización no gubernamental Melendre y el Colegio Barefoot en India, emprendieron un proyecto de valor compartido, en el que eligieron a cuatro mujeres de la comunidad de Cachimbo para que se profesionalizaran en la India y pudieran implementar proyectos de energía solar en su comunidad.

La formación se realiza a través de gestos, sonidos y colores para posibilitar la comunicación efectiva, ya que no comparten el mismo idioma. Al final de la capacitación, las mujeres regresan a sus pueblos de origen, en los que desarrollan sus actividades y capacitan a otras mujeres, también exportando el modelo a las aldeas vecinas.

Se dota de herramientas básicas y profesionales a las abuelas de alguna comunidad y así se contribuye al desarrollo autónomo del territorio.

Personas de la tercera edad, mejor elección

Se eligen a las abuelas, porque son personas que tienen arraigo en la comunidad y van a regresar a poner en práctica lo que aprendieron, mientras que los jóvenes es difícil que regresen a la comunidad.

Es así como, Norma Guerra, mujer valiente de la comunidad de Cachimbo, en Oaxaca, sin conocimientos técnicos ni de idioma, viajó a la India, con gran empeño y con el propósito de traer luz a su comunidad se convirtió en una de las primeras ingenieras solares mexicanas. Electrificó con sus compañeras, con las que emprendió la travesía, a 100 hogares de Cachimbo y ranchos aledaños a la comunidad e incluso han empezado a electrificar otros lugares en Chiapas.

El propósito del proyecto ha sido la prosperidad de los pueblos más pobres en el mundo y es aquí en donde el avance no está en manos de los profesionistas del mundo, sino en las de los habitantes de la propia comunidad, ya que es en ellos, en quienes se debe empezar el aprendizaje en beneficio de su propia gente.

Con el proyecto a nivel internacional y uno de los programas más exitosos, “Las Abuelas Solares”, en el que han participado miles de mujeres de todo el mundo que no cuentan con luz, para que ellas sean las que electrifiquen su población; las elegidas son llevadas a las instalaciones del Barefoot College, en Tilonia, Rajasthan, ahí reciben una capacitación técnica para la conformación de lámparas y páneles solares.

2013, año crucial

Las elegidas para llevar a cabo el proyecto, en octubre de 2013 dejaron atrás a sus esposos, hijos y nietos, así como la venta de pescado y mariscos, para emprender un viaje de 36 horas de vuelo hacia la India.

Ya en el Barefoot College, construido en 1986 con base en el conocimiento popular, las cuatro oaxaqueñas compartieron clases con otras 37 mujeres de 11 países, les enseñaron por medio de señas las bases para armar y reparar una linterna solar, desde los diagramas hasta la conexión de alambres y la soldadura de los circuitos. Toda la información se transmitió a través del uso de colores, gestos, señas con las manos y fue reforzada por un traductor, por lo que la diferencia de la lengua no fue problema.

“Los maestros tenían una manera muy peculiar de enseñar por medio de repetir el proceso, observación y señas, teníamos que aprender muy bien para regresar al pueblo a implementarlo, ahí ya no iba a ver nadie que nos enseñara”, comentó Norma.

Estar en otro país, en el que desconocían el idioma y todo lo que tenía que ver con la cultura, fue un reto para las abuelas, pero también sin duda una gran experiencia, cuenta Norma, “con mis compañeras y maestros platicamos de las culturas, de su dios, de Alá y algunas veces lloramos porque no entendíamos, nos desesperábamos, pero unas a otras nos apoyábamos y así logramos el objetivo, que era aprender y llevar esa esperanza a nuestro pueblo”.

Luego de cinco meses y medio de estancia en la India, las mujeres regresaron con los conocimientos necesarios y entusiasmadas a Cachimbo, para comenzar a poner en práctica lo aprendido. Acompañadas siempre del grupo Melendre, contaron sus experiencias en aquel país, que les dejó tanto aprendizaje y con buenos recuerdos de la escuela, compañeros y maestros que siempre tuvieron un trato digno hacia ellas.

Norma comenta que la edad no es un impedimento para hacer un bien común o lograr un sueño, “una persona a mi edad, que fue a estudiar y aprender lo que ahora sé, pensé que nunca lo iba a logar, nunca lo imaginé, cómo explicaría lo que aprendí; los páneles se ponen en el techo y tenemos un controlador de energía, que conectas al panel y ese controlador lo conectas a la batería, el sol da la energía que entra directamente a la batería y reparte la luz, dura ocho horas la energía”.

Octubre de 2014, mes con luz

En octubre de 2014 hubo luz por primera vez en Cachimbo, después de muchos años de carecer de este servicio básico, pero comenta que al Gobierno Federal y Estatal no les interesa el desarrollo de las comunidades más necesitadas, “no puede ser, que mejor otras personas que son ajenas a nuestra comunidad, son las que nos dieran la oportunidad de desarrollarnos, el gobierno de otros país y no el nuestro y es una lástima, porque eso quiere decir que no le importa su gente”.

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