Francisco Tanivet Tlacolula, Oax.- En el valle del antiguo reino zapoteca de Yagul el viento fresco, el sol a plomo y cielo cristalino chocan con cuatro enormes paredes.
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Son del Centro de Reinserción Social Femenil de Tanivet, donde reina el frío de la soledad. El olvido también. Los tacones, el labial y el rubor se quedaron afuera. Adentro, tristeza, enojo, frustración, lágrimas, esperanzas….
“Cómo cree que vamos a estar bien si siguen las arbitrariedades. Yo soy de Veracruz, y para que venga a verme mi mamá, pues está muy lejos; tiene que pagar 700 pesos de ida y 700 pesos de vuelta, todo para que nada más la dejen entrar 20 minutos, y con abusivas restricciones”, relata desde el interior una joven veinteañera.
Tanivet, descrito hace una década como sinónimo de rehabilitación integral para ellas, se convirtió en el 2015 en un infierno. Las autoridades aseguran que la situación cambia paulatinamente.
Revisiones atentatorias contra la dignidad humana, violencia, nula atención médica y psicológica, directivos indolentes que rayaban en la crueldad, alimentación de lo peor, constató la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
AÑEJOS PENDIENTES
El penal femenil es resultado de una recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que Oaxaca contara con un espacio para las féminas internas. Fue concluido en el año 2003, el penúltimo del sexenio de José Murat Casab, con una inversión cercana a los 75 millones de pesos.
Sin embargo, se comenzó a ocupar casi dos años después, debido a la falta de recursos financieros para operación y equipamiento, así como a la resistencia de las reclusas de dejar sus pequeños espacios en la penitenciaría de Santa María Ixcotel.
El proyecto era innovador: cerca de 300 celdas, espacios amplios, comedor, talleres industriales equipados, suficiente terreno para proyectos productivos, biblioteca, cuneros, juegos infantiles, patio y áreas de esparcimiento.
Hoy, poco o casi nada de eso hay. Segú las internas, la panadería medio sirve; las máquinas industriales de coser casi todas descompuestas; no hay siembra de hortalizas; les cobran en algunos casos por ocupar los lugares.
A mediados de diciembre pasado, la DDHPO emitió una recomendación ante las graves violaciones a garantías individuales, ocurridas en febrero anterior. Según la SSPO, en materia de trato humano y digno, se ha mejorado la situación; en aspectos materiales, se requieren recursos financieros.
“COMO ANIMALES”
“Yo estaba aquí –el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad– cuando ocurrió lo del operativo; fue horrible, nos trataron como animales”, dice la veracruzana que se queja que apenas son 20 minutos los que tiene para recibir visita, y en el área de control.
“Por favor, dígales que no ha habido mucho cambio, que necesitamos que le pongan más atención a estos problemas”, tercia otra mujer, alejada del grupo que escucha el anuncio de un programa de terapia psicológica.
El olvido, una chicanada
La soledad y el olvido siguen siendo también institucionales, no sólo el olvido de sus familiares. “Oiga, cómo le hago, fíjese que no sé cómo va mi caso; el defensor de oficio casi no viene y no hay quien me dé información; ¡ayúdeme!”, clama otra mujer, ya entrada en años.
La septuagenaria Natividad Pérez López, está más relajada. Tres veces ha ingresado al penal “y las tres veces he salido por falta de pruebas; una ‘chicanada’ me tiene aquí otra vez”, dice.
Las arrugas marcan aún más su tímida sonrisa. No le ha quedado de otra más que hacerse fuerte ante el dolor.
Años atrás, una amante de su hombre le mató al marido; hace cinco años, la acusaron de trata de blancas, junto con su yerno e hijo, que purgan reclusión en Etla; de seis hijos, dos fallecieron de forma trágica.
“Qué le vamos a hacer joven; no me queda más remedio que afrontar la situación”, dice mientras relata que un boleto de autobús utilizaron sus acusadores para regresarla a la cárcel. Está confiada en salir, pues se asegura inocente. Dulce rostro de anciana lo devela.
“No soy mala; eduqué bien a mis hijos a pesar de la pobreza; son ciudadanos de bien, mis otros dos hijos los mató el alcohol”, refiere.
HAY MEJORAS: SSPO
La semana pasada, la Secretaría de Seguridad Pública y el Centro de Justicia para Mujeres (Cejum) iniciaron un programa único a nivel nacional, para llevar tratamiento psicológico grupal a las más de 224 internas.
En el patio se congregaron todas. Cabecitas blancas, jóvenes; de belleza latente y rostros compungidos; de uñas pintadas y de soledades.
De acuerdo con el subsecretario de Prevención y Reinserción Social de la SSPO, Víctor Alonso Altamirano, “más allá de la cuestión material, estamos haciendo todo lo necesario ante las instancias correspondientes para gestionar recursos financieros y solventar todas las observaciones”.
Refiere que en el tema de trato humano y digno, se ha mejorado continuamente la situación, incluyendo el reemplazo de mandos y custodios.
En cuanto a las demandas materiales, como la creación de un área específica para visitas y otra para atención a menores de edad –de los que hay 13 en el reclusorio–, hay el proyecto pero falta el dinero, situación que depende de la Secretaría de Finanzas.
Lo mismo ocurre con la dotación de medicinas y medicamentos, la licitación de compra ya se encuentra en proceso.
Del olvido institucional y familiar, reconoce:
“Sí, hay gente abandonada aquí, es un fenómeno que se da, por eso el apoyo psicológico que se otorgará; pareciera que una mujer cuando cae en reclusión, es olvidada, por su propia familia, por los hijos, son pocas las visitas”.
“Hemos tenido atención constante, yo mismo atendí tres audiencia y la constante es que los defensores ni los juzgadores no las visitan; generaré documento para las instancias adecuadas subsanen la observación”.
El paliativo
El Centro de Justicia para Mujeres (Cejum), dependiente de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, inicia inició un programa único a nivel nacional, con la atención psicológica por parte de seis profesionistas hacia las mujeres reclusas.
De acuerdo con la titular de esa instancia, Jazibe Valencia de los Santos, cada martes, en dos sesiones, se darán terapias grupales de manera voluntaria a quienes lo requieran.
“Detrás de una mujer que se supone victimaria, hay víctimas; sabemos que están cansadas de que las abandonen siempre.
“Emocionalmente necesitan el apoyo, sé que adentro de sus corazones hay tristeza, hay depresión, enojo, coraje y tal vez momentos de calma. Si quieren sentir calma emocionalmente, estamos en el lugar indicado”, manifestó durante su visita al reclusorio.
Seis psicólogas del Cejum acudirán cada martes a brindar sesiones terapéuticas a las 224 internas.
Lecumberri oaxaqueño
“El 14 de febrero de 2015, las internas del Centro de Reinserción Femenil Tanivet, realizaron una manifestación para inconformarse por diversas irregularidades cometidas en su contra, como el hecho de que no les permitieran ingresar material de trabajo, que se les prohibiera realizar actividades comerciales, que les otorgaran un plazo de 15 días para sacar a sus hijos, que a las internas de otros estados no les pasaban su dinero, a la reducción en el tiempo de visita así como al trato indigno que ésta recibía en la revisión, al otorgamiento de privilegios a internas que pagaban por ellos, a la restricción en cuanto a la cantidad de ropa que podían tener, al trato déspota, la carencia de servicio médico y de medicamentos, a que la alimentación era poca y de mala calidad, y a que no conocían a la directora aun cuando llevaba ocho días asignada al reclusorio.
2003 Año de conclusión del reclusorio
75 mdp El costo
224 Internas alberga
13 Menores hay; uno nació la semana pasada
14 de febrero de 2015 Fecha fatídica de insurrección por trato indigno
13/2015 El número de la recomendación de DDHPO