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CONVENTOS A LAS FALDAS DEL POPOCATÉPETL


Redactado por: adriana bravo
marzo 13, 2017 , a las 5:16 am

Puebla, Pue.- En el estado de Puebla se encuentran tres monasterios construidos en el siglo XVI. Se ubican en los municipios de Huejotzingo, Calpan y Tochimilco.

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Estos monasterios fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1994.

Huejotzingo

Este poblado fue fundado por los olmecas-xicalancas, tuvo su época dorada en los siglos XIII y XIV. Se cree que a la llegada de los españoles, el Señorío de Huejotzingo se unió a ellos para combatir contra México-Tenochtitlan.

En 1524, los frailes franciscanos edificaron un convento en Huejotzingo, cuando la ciudad se hallaba todavía en un lugar aislado por honda barrancas, hoy se conoce a este lugar como San Juan Loma.

En 1529, Huejotzingo se trasladó al sitió que hoy ocupa y aquel primer convento fue demolido para hacer otro con sus piedras, que tampoco sobrevivió.

Así, el convento de San Miguel es el tercero en ser construido por los franciscanos, entre 1544 y 1570, bajo la dirección de Fray Juan de Alameda.

En su exterior, el templo presenta una mezcla de plateresco y mudéjar. El primer estilo se expresa en el contraste de amplios espacios lisos con reducidos espacios ornamentados, como sucede en la fachada lateral, cuya puerta rodea una prolija decoración de hojas y cardos. El segundo se manifiesta, sobre todo en la forma conopial del arco de la puerta mayor.

Dentro del convento está el retablo central, uno de los pocos del siglo XVI que se conservan en México, obra del artista español Simón Pereyns.

También destaca el pétreo decorado de la puerta de la sacristía, que forma una malla cuajada de flores.

El ex convento acoge en su interior el Museo de la Evangelización, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En la sala de profundis hay una célebre pintura al fresco, con las figuras de los primeros 12 franciscanos que llegaron a la Nueva España en 1524, encabezados por fray Martín de Valencia.

En el atrio de la iglesia se puede detener a observar las capillas posas, construidas hacia 1550; se llaman así por servir para posar al Santísimo en las procesiones, aunque también se utilizaban como capillas de indios.

En su decorado son notorios dos emblemas franciscanos: el escudo de las cinco llegadas del Señor y el cordón rematado por flecos, símbolo del lazo con que se ató a Cristo para ser azotado y de los votos de la orden que son: pobreza, obediencia y castidad.